• TERMINATOR 2: EL JUICIO FINAL (1991)
La película comienza con una escena de la guerra del “Juicio Final” en 2029 D.C., en la que Sarah Connor relata los acontecimientos de la película anterior. A continuación, se produce un salto al presente, a 1995. Un Terminator T-800 llega desnudo a través de un portal del tiempo y entra en una cafetería para robarle la ropa y la moto a un motorista.
En otra parte de la ciudad, otro Terminator desnudo, el
T-1000, se materializa y mata a un policía para robarle el uniforme y el coche patrulla. A continuación, parten en busca de John Connor, que ahora tiene 10 años y vive con sus padres adoptivos en Los Ángeles. John es muy rebelde y siempre desobedece a sus tutores, mientras que su madre Sarah ha sido detenida tras intentar volar una fábrica de ordenadores y ha sido internada en el Hospital Psiquiátrico de Pescadero, donde está bajo el cuidado del Dr. Silberman.
El T-800 y el T-1000 encuentran a John al mismo tiempo en un centro comercial, donde luchan, con el T-800 protegiendo a John (el T-1000 es inmune a los disparos porque está hecho de una aleación especial de metal líquido llamada polialloy). John huye entonces del centro comercial en su bicicleta, pero le persigue el T-1000 (primero a pie y luego robando una grúa), pero en medio de la persecución, el T-800 aparece y le salva con gran habilidad, esquivando al enemigo.
John detiene entonces al T-800 y le exige una explicación. El T-800 se revela y explica a un atónito John que en realidad es una máquina del futuro, un Terminator modelo T-800, que fue capturado y reprogramado por el propio John en el futuro para protegerle en aquel entonces.
Al mismo tiempo, le explica que el policía que está detrás de él no es un humano, sino un nuevo modelo de Terminator, un T-1000, enviado desde el futuro por Skynet para matarle e impedir así su existencia, ya que es el líder del grupo rebelde llamado “La Resistencia”, principales enemigos de Skynet. También le cuenta que su cuerpo está hecho de metal líquido y que puede adoptar la forma de objetos afilados y de otras personas cuando los toca.
El T-800 atrapa a John, pero este quiere ir primero a casa a recoger algunas cosas, a lo que el cíborg se niega, sabiendo que el T-1000 podría estar esperándole allí. John es consciente de la situación y decide llamar a sus padres adoptivos para advertirles de la presencia del asesino.
Sin embargo, al hacer la llamada, el T-800 (imitando la voz de John) descubre que el T-1000 ya está en su casa y que ha matado a sus padres adoptivos. El T-800 revela entonces que su próximo objetivo es matar a su madre para tomar su semejanza y atraerla hacia él; cuando John se entera de esto, queda conmocionado y decide que deben rescatarla inmediatamente.
Sin embargo, el T-800 se opone, alegando que no forma parte de la misión, y John intenta oponerse, pero, tras descubrir que obedece sus órdenes porque fue programado por él mismo en el futuro, le ordena que vaya al hospital psiquiátrico donde Sarah está internada para salvarla. Ambos acuden allí, ordenándole que no mate a nadie, aunque sea un Terminator.
En la clínica, el T-1000 llega primero y busca a Sarah, mientras esta consigue escapar de su celda y toma a Silberman como rehén para huir. Sarah deja atrás brevemente a sus perseguidores e intenta escapar por el ascensor. Cuando las puertas del ascensor se abren, Sarah se asusta al ver salir al T-800 con un rifle en la mano.
Sarah cree que es el mismo cíborg que intentó matarla en 1984 y huye gritando, pero es detenida por soldados y guardias. John pide ayuda al T-800, que la rescata. Sarah acepta agradecida la protección del cíborg y le acompaña junto a John. En ese momento aparece el T-1000, se produce un tiroteo y una persecución, pero los tres consiguen escapar.
Esa noche, los tres se refugian en una gasolinera y Sarah, herida durante la persecución con el T-1000, es atendida por el T-800, que además posee un detallado y complejo conocimiento de la anatomía humana y habilidades robóticas para curar a las personas.
Le explica que su procesador está diseñado para aprender más sobre los humanos y así poder hacerse pasar por uno de ellos, lo que le facilitará pasar desapercibido y que su misión de Terminator tenga más éxito. A la mañana siguiente salen a comprar comida y a llenar el coche en el que viajan.
Sarah interroga al T-800 sobre cómo y cuándo llegará el Juicio Final, y él le explica la creación de Skynet por el
Dr. Miles Bennett Dyson, ingeniero jefe de Cyberdyne Systems, una empresa que se apropió de los restos del Terminator destruido por Sarah y Kyle en 1984 y los ha estado estudiando desde entonces. Dyson está trabajando en un nuevo microprocesador (basado en la CPU del T-800 original) que será la base para la creación de Skynet.
Creará vehículos de combate no tripulados que convertirán a la empresa en el proveedor del Pentágono y acabarán poniendo los sistemas de defensa del país en manos de Skynet. El T-800 les cuenta que Skynet, una vez lanzado, desarrollará autoconciencia, por lo que los humanos intentarían desactivarla y, para defenderse, en agosto de 1997 lanzará un ataque nuclear por todo el mundo, empezando por los rusos, creyendo que el contraataque destruirá a quienes quieran desactivarlo.
Sarah consigue armas de un viejo amigo en la frontera mexicana y planea huir a México, pero tiene una pesadilla sobre el ataque nuclear. Cuando despierta, ve que ha escrito en una mesa la frase “NO HAY DESTINO”, que Kyle Reese le había dicho de parte de John en el futuro, así que decide ir a matar a Miles Dyson para evitar el “día del juicio final”.
John intenta detenerla, pero es en vano. Mientras él y Terminator sacan conclusiones, se da cuenta de que su madre quiere cambiar el futuro matando a Dyson y va con el T-800 para detenerla, a pesar de la negativa de este. El cíborg sabe que si Dyson muriera, se evitaría la guerra, y también sabe que ir a su casa es una decisión peligrosa desde el punto de vista táctico, puesto que es posible que el T-1000 previera este escenario.
Esa noche, Sarah ataca a Dyson en su casa, disparándole, pero cuando está a punto de matarlo delante de su familia, se da cuenta de que no puede hacerlo. John y el T-800 llegan a tiempo para detenerla y John calma a Sarah.
Entonces, para sorpresa de Dyson, el T-800 revela las consecuencias de su trabajo mostrándole que es un Terminator y el científico, horrorizado por lo que ha visto y oído, explica que todo su trabajo se basaba en descubrimientos que hizo estudiando el brazo y la CPU del T-800 destruido por Sarah en 1984. Decide abandonar su trabajo, pero el T-800 le dice que eso no es suficiente y que deben destruir todo rastro de su trabajo inmediatamente.
John y Dyson recuperan el brazo y la CPU, mientras el T-800 y Sarah colocan bombas para destruir el laboratorio. Los policías son alertados por la seguridad de Cyberdyne y, cuando llegan, hieren de muerte a Dyson, que se queda atrás y se sacrifica detonando la bomba. Llega un equipo SWAT, pero el T-800 hiere a todos y roba la furgoneta del equipo, en la que consiguen escapar.
El T-1000 llega tarde a casa de Dyson, pero este oye la noticia del ataque a Cyberdyne por la radio y acude allí. Los persigue en un helicóptero robado de la policía, que es destruido y sustituido por un camión que transporta nitrógeno líquido. Los persigue hasta una fundición, donde el nitrógeno líquido se disipa después de que el camión lo golpee, congelando al T-1000, que intenta seguir persiguiendo al grupo, disolviéndose parcialmente por no detenerse.
El T-800 lo hace pedazos de un solo golpe, pero el calor de la fundición funde los trozos del T-1000, devolviéndolo a su estado líquido. Después de que Sarah y John escapen, los dos Terminators luchan, pero el T-1000 deja al T-800 muy dañado y consigue inutilizarlo dañando su fuente de energía principal, clavándole una barra metálica en el abdomen. Más tarde se presenta ante John como Sarah, pero no consigue engañarle.
La verdadera Sarah se enfrenta al T-1000, mientras que el T-800 reinicia su sistema con la batería de reserva. Reaparece justo a tiempo para salvar a John, destruyendo con éxito al T-1000 al disparar un proyectil explosivo que desgarra su abdomen, dejándolo en jirones de metal, cayendo en metal fundido. Al estar expuesto a un material que le obliga a mantener una forma fluida a la vez que la anula, cambia de forma intentando salvarse hasta que no queda nada. John arroja el brazo y la CPU en el mismo lugar.
Justo cuando Sarah y John creen que todo ha terminado, el T-800 les dice que él también debe ser destruido para que no quede ninguna CPU y evitar así la creación de Skynet (al estar muy dañado y ser, por tanto, más vulnerable); John le ruega que se quede, pero le dice que no puede quedarse con ellos. Al ver llorar a John, comprende su tristeza, pero le dice que eso es algo que nunca podrá hacer (es decir, no solo llorar, sino nunca convertirse en humano).
Sarah le da la mano para agradecerle que haya completado su misión y salvado la vida de John; entonces, por orden del T-800, lo sumerge en metal fundido y, al ser destruido, se evita el “día del juicio final”. La película termina con Sarah diciendo que si un Terminator fue capaz de comprender lo valiosa que es la vida humana, quizá algún día nosotros también podamos hacerlo.